Casimiro
Balcells pregunta: ¿cuántas salidas tiene el garaje? Un agente de policía le
responde que ese tipo de garajes comunitarios tiene dos salidas: la misma por
la que entran los coches y una puerta que comunica con las escaleras de uno de
los edificios. Casimiro Balcells medita un segundo. Dice: ¿hace falta llave? El
agente de policía responde: son puertas antipánico: para entrar hace falta una
llave, para salir, no.
Casimiro
Balcells se dirige hacia esa segunda puerta de salida. Está al lado de los
lavabos del garaje. Da a unas escaleras. Hay que subir. En el primer rellano
hay una puerta que comunica con el jardín. Sigue subiendo. En el segundo
rellano hay una puerta que da, efectivamente, a las escaleras de uno de los
edificios de la comunidad. Justo al lado de los buzones. A cinco pasos está la
puerta de la calle. Sólo hace falta abrirla y escapar.
Vale.
Casimiro
Balcells da media vuelta y regresa a la escena del crimen. No molesta más a los
agentes judiciales. Los deja trabajar. Todavía estarán varias horas buscando
prueblas.
Sale
del garaje. Atraviesa el jardín y llega a la calle. Necesita un café. El único
local que está abierto a esas horas es el club Cómic.
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