domingo, 10 de marzo de 2013

11.- Una ambulancia


Vuelve en sí al cabo de cinco minutos. Ve, a dos palmos de su cara, cinco pares de ojos que lo observan.

El agente Rodríguez le dice: ¿puede usted oírme, señor?

El detective Casimiro Balcells le dice que sí, joder, que claro que puede oírle. Intenta levantarse del suelo, pero el dolor del estómago le paraliza otra vez. Piensa que, a lo mejor, algo parecido es lo que se siente cuando te meten una bala en las tripas.

El agente Rodríguez le dice: no se mueva, señor, hemos pedido una ambulancia.

El detective Casimiro Balcells le dice que se vaya a la mierda con la ambulancia. Que se vayan a la mierda todos.

Se levanta como puede, sale de la comisaría, para un taxi y le dice al conductor que le lleve a su casa.

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