sábado, 2 de febrero de 2013

8.- Un par de preguntas


Dos agentes de policía entran en el club Cómic y se sientan al final de la barra.

El detective Casimiro Balcells les dice lo que necesita saber urgentemente.

Qué coche (dueño) fue el último en entrar en el garaje. A qué hora empezaron a llegar mensajes y llamadas al móvil de la víctima para preguntarle dónde está, cuándo llega, si le ha pasado algo, bla, bla, bla. Que analicen la tierra que se encuentre en el suelo del asiento del copiloto. Que busquen por todo el coche (también en el bolso y en el abrigo de la víctima) a ver si encuentran algún tícket de la hora (aparcamiento).

Por ahora eso es todo.

Vale.

Esperad. No tendrá el garaje cámaras de vigilancia, ¿verdad?

Pues no.

Cojonudo.

Los dos policías cogen el abrigo y se van.

Casimiro Balcells se levanta y va al servicio. Se pone a mear. Apoya la cabeza contra la pared. Piensa. Será importante saber si le cortaron los dedos antes o después de matarla. Se sube la bragueta. Ni siquiera se despide del comisario. Sale a la calle y camina hacia la comisaría.

El comisario Mendoza se queda solo en el club Cómic. Mira el reloj. Aún quedan un par de horas para que empiecen a llegar los primeros resultados periciales. Mira a las chicas. Hay una que debe de ser brasileña.

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